La paquistaní Malala Yousafzai, la joven a la que los talibanes
dispararon a la cabeza en 2012 por defender la escolarización de las mujeres, y
el activista indio Kailash Satyarthi han sido galardonados este viernes con el
Nobel de la Paz 2014 "por su lucha contra la opresión de los niños y los
jóvenes y por el derecho de todos los niños a la educación".
Malala, que acaba de cumplir 17 años, alcanzó notoriedad cuando el
Ejército paquistaní echó a los talibanes del valle del Swat en 2009. Se supo
entonces que ella era la autora de un diario en el que contaba cómo era la vida
bajo el control de los extremistas y que se difundía en la web de la BBC en
urdu. Bajo el seudónimo de Gul Makai y desde los 11 años, Malala había relatado
con gran candor cómo iban aumentando las restricciones hasta que finalmente
cerraron todas las escuelas de niñas.
Os dejo un extracto de una estupenda entrevista realizada a Malala:
"Es que esto ya es mi vida, no es sólo una parte de ella. No puedo
abandonar. Cuando veo a la gente de Siria, que están desamparados, algunos
viviendo en Egipto, otros en el Líbano; cuando veo a toda la gente de Paquistán
que está sufriendo el terrorismo, entonces no puedo dejar de pensar
“Malala, ¿por qué esperas a que otro se haga cargo? ¿Por qué no lo
haces tú, por qué no hablas tú a favor de sus derechos y de los tuyos?” Yo
empecé mi lucha a los diez años.
En aquel entonces vivía con mi padre en Swat, es nuestra región natal,
y los talibanes se levantaron y empezó
el terrorismo, azotaron a las mujeres, asesinaron a las personas, los cuerpos
aparecían decapitados en las plazas de Míngora, nuestra ciudad. Destruyeron
muchas escuelas, destruyeron las peluquerías, quemaron los televisores en
grandes piras, prohibieron que las niñas fueran a la escuela. Había mucha gente
en contra de todo esto, pero tenían miedo, las amenazas eran muy grandes, así
que hubo muy pocos que se atrevieron a hablar en voz alta en pro de sus
derechos, y uno de ellos fue mi padre. Y yo seguí a mi padre.
Amo a Dios porque me ha protegido, y creo que me va a preguntar el día
del juicio, “Malala, veías el sufrimiento de la gente en Swat, veías cómo
sufrían las niñas, que masacraban a las mujeres, que asesinaban a tantos
policías. ¿Qué has hecho tú para defender sus derechos?” Sentí que era mi deber
clamar por los derechos de las niñas, por los míos, por el derecho de asistir a
la escuela, y lo hago en nombre del Dios por el que los talibanes me tirotearon”.
Fuente: elpais.com
Fuente: elpais.com
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