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Miércoles de Ceniza



La Cuaresma comienza con el miércoles de Ceniza, que es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia señala para la conversión del corazón. El Miércoles de Ceniza es una llamada a la Conversión, como comunidad cristiana y como Iglesia.
Las cenizas nos recuerdan según la Biblia varias cosas:

El origen del hombre: "Dios formó al hombre con polvo de la tierra" (Gen 2,7).
El fin del hombre: "hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho" (Gn 3,19). "Todos expiran y al polvo retornan" (Sal 104,29)
Dice Abraham: "Aunque soy polvo y ceniza, me atrevo a hablar a mi Señor" (Gn 18,27).
En Job (Jb 42,6) la ceniza simboliza dolor y penitencia.
La ceniza es un signo de humildad, nos recuerda lo que somos. Las cenizas, como polvo, son un signo cercano a la fragilidad del pecado y a la mortalidad del hombre, y al recibirlas reconocemos también nuestra limitación; riqueza, ciencia, gloria, poder, títulos, dignidades, de nada nos sirven. La costumbre de imponer la ceniza se practica en la Iglesia desde sus orígenes.
En la tradición judía, el símbolo de rociarse la cabeza con cenizas manifestaba el arrepentimiento y la voluntad de convertirse, por ser la ceniza, signo de la fragilidad del hombre y de la brevedad de la vida. Al inicio del cristianismo se imponía la ceniza especialmente a los penitentes, pecadores públicos que se preparaban durante la cuaresma para recibir la reconciliación. Vestían hábito penitencial y ellos mismos se imponían cenizas antes de presentarse a la comunidad. También, fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno. Desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra a poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión. Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las ramas de olivo o palmas, usadas el Domingo de Ramos, del año anterior.
¿Cómo se imparten las cenizas?
La bendición e imposición de la ceniza tiene lugar en la misa, después de la homilía. En circunstancias especiales, por ejemplo, cuando no hay sacerdote, se puede hacer sin misa, pero siempre dentro de una celebración de la Palabra.
Las cenizas son impuestas en la frente del fiel, haciendo la señal de la cruz con ellas y las palabras que se usan son:
* “Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida”
* “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás"
* “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”. Esto representaba su voluntad de convertirse.
La ceniza se les impone a los niños y a los adultos. Lo que no tendría sentido sería recibir las cenizas si no hay deseo de corazón de disponerse a la humildad y a la conversión que representan.
El Ayuno y la Abstinencia
El miércoles de ceniza y el viernes santo son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno desde los 18. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia en no comer carne.
“Cuando ayunéis no aparezcáis tristes, como los hipócritas que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo, ya recibieron su recompensa. Tú cuando ayunes, úngete la cabeza y lava tu cara para que no vean los hombres que ayunas, sino Tu Padre, que está en lo secreto: y tu padre que ve en lo secreto, te recompensará." (Mt 6,6)

Y para terminar,  la ceniza no es un rito mágico, no nos quita nuestros pecados, para ello tenemos el Sacramento de la Reconciliación. Es un signo de arrepentimiento, de penitencia, pero sobre todo de conversión. Es el inicio del camino de la Cuaresma, para acompañar a Jesús desde su desierto hasta el Domingo de Resurrección.

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