(Tomada de Siete en familia) |
Los
santos nos muestran ante todo que es posible y bueno vivir en relación con Dios
y vivir esta relación de modo radical, ponerlo en primer lugar y no relegarle
solamente a un ángulo cualquiera.
Los santos nos muestran de manera evidente
que Dios ha sido el primero que se ha dirigido a nosotros.
El apóstol san Pablo, se atreve a llamar “santos” en muchas de sus cartas a sus contemporáneos,
los miembros de las comunidades locales. Con ello, se subraya que todo
bautizado es santificado por Dios, incluso antes de poder hacer obras buenas.
En el Bautismo, el Señor enciende por decirlo así una luz en nuestra vida, una
luz que el catecismo llama la gracia santificante. Quien conserva dicha luz,
quien vive en la gracia, es santo” (Benedicto XVI, Homilía,
Catedral de Erfurt, 24 de septiembre 2011)
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