Nació en Antioquía, en el 347. Vivió retirado como
monje, hasta que fue ordenado diácono y sacerdote, destacando enseguida por sus
dotes oratorias que le han valido el conocido sobrenombre ("crisóstomo"
= boca de oro). Nombrado patriarca de Constantinopla, puso gran empeño en
elevar el nivel moral y espiritual de los fieles. Su celo pastoral le acarreó
una dura persecución contra su persona, hasta acabar muriendo desterrado, en el
407.
Intervención de Benedicto XVI en
la que presentó la figura de San Juan Crisóstomo
Llamado Crisóstomo o «Boca de oro» por su elocuencia, en el «alma de fuego» de Juan maduró «la urgencia de predicar el Evangelio» y el «ideal misionero» le lanzó «a la atención pastoral», convirtiéndose en «pastor de almas a tiempo completo»
Juan Crisóstomo «comprendió que no es
suficiente hacer limosna, ayudar a los pobres de vez en cuando, sino que
es necesario crear una nueva estructura, un nuevo modelo de
sociedad; un modelo basado en la perspectiva del Nuevo Testamento».
«Juan
Crisóstomo se convierte de este modo en uno de los grandes padres de la
Doctrina Social de la Iglesia»
San Juan Crisóstomo «se orientó
siempre a desarrollar en los fieles el ejercicio de la inteligencia, de la
verdadera razón, para comprender y traducir en la práctica las exigencias
morales y espirituales de la fe»
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