Hoy, la Iglesia recuerda el martirio de San Juan Bautista, (Evangelio: Mc 6, 17-29) el precursor de Cristo, anunciador del Mesías que el pueblo judío estaba esperando. Los evangelios le recuerdan como un hombre austero, solitario, que finalmente entregó su vida por aquello que configuró su misión: anunciar la Verdad -que es Cristo- y todas las "verdades" por molestas que sean de escuchar.
Y pensar cuántas veces en la historia habrá sucedido este hecho: que quien denuncia la mentira y defiende la verdad, que quien condena la injusticia y defiende la dignidad humana, haya sido objeto de burla y condenado ante otros... si el mismo Jesús fue condenado injustamente por decirse Hijo del Padre, Mesías y Salvador... "Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos"
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